A lo largo del camino de la oposición te encontrarás con varios baches, algunos de ellos son personas que a través de sus palabras y de sus actos te harán daño. Esos obstáculos podemos optar por cercarlos, saltarlos o enfrentarnos a ellos, pero cuando te conviertes en tu propio enemigo, las cosas empiezan a ir mal.
Cuando tu peor enemigo eres tú mismo, las cosas se complican, esos dardos envenenados que tanto daño te hacen los lanza la persona que mejor te conoce, tú. ¿Por qué nos boicoteamos a nosotros mismos? A veces es el resultado de intentar protegernos, de buscar que nada ni nadie pueda hacernos daño. Pero no nos damos cuenta de que a veces, intentando evitar algo o defendernos de una situación, nosotros mismos provocamos algo peor.
La preocupación en exceso, las dudas que nos corroen y el miedo nos invalidan, pero casi siempre eso que tanto tememos no es para tanto y el resultado final sería magnífico si nos hubiésemos atrevido a hacerlo. El no siempre lo tenemos, no lo olvides. La vida ya está llena de limitaciones y de obstáculos, así que no debemos ser nosotros mismos quienes pongamos más.