stamos acostumbrados a consumir vidas perfectas a través de redes sociales. Casi todas las películas terminan con un final feliz. Y las series… pues bueno, aunque hay un poco de todo, el remate siempre suele ser afortunado.
Es habitual compartir con los demás nuestros logros, pero no tanto nuestros fracasos. Transmitimos lo positivo, pero callamos lo negativo. ¿Por qué? ¿Nos da vergüenza? ¿Lo vemos como algo anormal? En primer lugar, vergüenza es robar y mentir y, en segundo lugar, pasar por un momento de bajón es lo más normal del mundo.
Todas las personas de este planeta pasan por momentos de bajón. Algunas más a menudo que otras. Hay a gente a la que le afectan mucho, o poco. A unas personas le dan por un motivo y a otras por otro. Pero en definitiva, todos tenemos nuestros momentos de bajón. Los opositores y estudiantes, como personas que somos, también pasamos por ellos.
Vivir una época de bajón y desánimo es como si atravesásemos una densa niebla que no nos deja ver nuestros objetivos, incluyendo el ansiado final. Esta niebla, parece que también nos produce amnesia y ya ni recordamos por qué hemos tomado la decisión de opositar, o estudiar. En ciertos momentos, al no recordar los motivos por los que hemos decidido hacerlo, pensamos que es una idea horrible, que nos estamos equivocando y se nos pasa por la cabeza tirar todo por la borda. Pero simplemente es un momento de bajón.
Recuerdo la primera vez que subí a una gran montaña, fue a los Alpes, en teleférico. Antes de llegar a la cima pasamos por unos tres mares de nubes. Cuando los estás atravesando no consigues ver absolutamente nada. Pero nada de nada, de verdad. Las nubes son muy densas. En un momento desaparecen, se comienza a ver con cierta claridad, pero enseguida te encuentras con otro. Así hasta llegar a la cima, en donde ya no hay nubes y consigues ver por encima de ellas.
Nuestros momentos de bajón son como esos mares de nubes, vamos a pasar por varios antes de conseguir nuestro objetivo. La mente humana es así. No debemos tirar la toalla.
Mi recomendación para estos momentos es que te escribas una «autocarta» (o varias, en papel, un audio o incluso un vídeo), pero que lo hagas cuando tengas un buen momento, para leer o escuchar en los momentos de bajón. Que seas tu mismo el que te recuerde por qué estás ahí, que no pasa nada, que momentos de bajón los tenemos todos y lo que hoy ves con unos ojos mañana lo verás con otros. Lo que hoy nos parece una mala idea, mañana igual no es tan mala. Todo en esta vida tiene solución. Existen miles de colores entre el negro y el blanco. Intenta ver el lado bueno de las cosas, por que todas las cosas tienen un lado bueno e incluso muy bueno.
Creo que no hay nadie mejor que nosotros para levantarnos, para darnos nuestra propia mano y no dejarnos estar más rato en el suelo. Por eso me parece buena idea lo de escribir una carta, o varias para leer nosotros mismos en un futuro. Una carta en la que nos demos ánimos, nos recordemos por qué hemos decidido opositar, que es lo que queremos conseguir, nos recordemos alguna anécdota graciosa y nos terminemos sacando una sonrisa, ánimo y fuerza para seguir nuestro camino. A mi personalmente me gusta más la idea del vídeo, así también vemos como hemos cambiado, nos escuchamos, etc. La grabación también es una buena opción.
Recuerda que si fuese fácil todo el mundo lo haría.
Ana, la fundadora de "La Oposicion se ha comido mi tiempo", es una ex opositora que ha convertido su experiencia en una plataforma de apoyo para otros estudiantes opositores. Con un enfoque en la gestión del tiempo y las estrategias de estudio, su objetivo es hacer que la preparación para la oposición sea menos estresante y más eficaz.